Y bueno si estabamos con Zorn, habia que poner el último, en esa nueva modalidad de John donde solo compone y dirige, no toca.
Un álbum con aire de misterio, con una gran piano del señor Rob Burger, mucho vibráfono a cargo de Kenny Wollesen y en el bajo acústico su amigo Greg Cohen. También acompañan Ben Perowsky en la batería y Shanir Blumenkranz en algunos bajos eléctricos.
Un disco que te hace viajar
en busca del milagro
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